martes, 11 de marzo de 2014

Corazón Blanco


     Con su balón bajo el brazo  y con las primeras hojas de otoño cayendo sobre él, volvía a casa tras haber soportado, de nuevo, burlas y risas de sus compañeros por querer ser portero. No importaba que le utilizaran porque nadie más quisiera defender la potería, el que no aspirar a ser el mayor goleador fuera algo negativo, le daba igual…tenía claro lo que quería y que algún día, todos aquellos que hoy le señalaban, bajarían la cabeza y se darían cuenta que lo importante es luchar por lo que quieras sin unirte a la corriente mayoritaria. Sus profesores pensaban que no había nada que hacer con su conformidad, pero estaba convencido de que en algún momento, encontraría a alguien que le entendería y valoraría su trabajo.
    
     Se despertó nervioso, había soñado que volvía a estar en el patio del colegio, bajo esos palos de cuadros rojos y blancos que veía en su portería…pero esta vez todos le miraban emocionados, le aplaudían y animaban.
     Habían pasado ya nueve años, pero era un día diferente, se levantaría y llegaría a su club, el que desde pequeño siempre había visto por la tele y le parecía inalcanzable.  Con trabajo y sin atender a envidias ahí estaba, el momento de demostrar su valía -a quién tenía que hacerlo- estaba muy cerca.
     Decidió como siempre le habían enseñado, q lo mejor era trabajar, no perder la ilusión y creer en uno mismo. Y así, fiel a sus principios, fichó por la primera plantilla debutando sólo un año después por el primer equipo. Debutó en Pamplona, tras la expulsión del portero titular, y en esos minutos finales contribuyó a mantener la portería a cero. A penas fueron diez minutos, pero para él sólo contaba sumar y ayudar al equipo.
     A partir de ahí, otros equipos se fijaron en él y decidió aceptar una importante oferta con el pensamiento de volver en un futuro, tras haber crecido como profesional, defendiendo así mejor a su equipo. Y no se equivocó, mejoró y creció hasta el punto de que la UEFA le galardonara como el portero revelación de la temporada.
    
    Fueron años de crecimiento profesional y personal, pero cuando aquella época de su vida llegó a su fin, tocó decidir otra vez. Allí había formado una familia, vínculos, pero su equipo perdió la categoría y eso solo le haría alejarse de su club. Una oferta -aunque por debajo de su valor- llegó, y decidió que si eso era lo necesario, lo que debía hacer, aunque supusiera volver al banquillo... merecería la pena. Y así fue, sin saberlo y paralelamente a lo que él vivía lejos de su casa, una persona se había fijado en él. Era alguien importante, influyente y conocedor de lo que realmente necesita un equipo. Una persona especialista en ir contra corriente, o más bien, en ser fiel a sus principios aunque no estuvieran bien vistos.

     Había visto como todo lo que había sucedido, el problema al que se enfrentaba su equipo –o eso decía la prensa- y soñó por un momento que ojalá pudiera ayudar de nuevo a sumar, ayudar a que todo saliera de la mejor manera posible. A la mañana siguiente, sin apenas haber podido abrir los ojos, sonó el teléfono, lo descolgó…y pensó que realmente seguía soñando. Ahí estaba, escuchando una nueva oferta, pero esta vez, la que llevaba esperando seis años. Y así, casi sin darse cuenta tomaba un avión rumbo a casa.

     Todos sabemos que ocurrió a partir de ese momento, cómo su titularidad fue mal vista por un sector del madridismo y prensa en general, cómo quien había creído en él se marchaba sin poder hacer nada y cómo, en la actualidad, nada ha cambiado y sí empeorado.
      De nuevo vuelve a casa tras haber soportado burlas y faltas de respeto aún haciendo bien su trabajo. Esta vez no lleva el balón bajo el brazo, va en coche, y esta vez no le esperan en casa sus padres sino su mujer y su hija…pero aunque parezca que sólo eso haya cambiado, un cambio sí ha provocado en su club.
      Muchos hemos abierto los ojos, muchos hemos visto cómo se comporta realmente un madridista o al menos, un profesional que nunca muerde la mano que le da de comer.
     
     Igual no todo se ajusta a la realidad….o sí, de lo que sí estoy segura es, de que nuestro Diego sigue soportando mofas y burlas porque su respeto por el escudo es mayor que el de muchos otros…
     Desde aquí sólo dar las gracias por que alguien como él esté en nuestra plantilla.

 

 

 

 

 

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