“Desde
fuera uno tiene una visión distorsionada de lo que pasa”
Entrenador a falta del tercer y último año,
comenzó en esto por casualidad. Durante un desayuno en el trabajo, le
ofrecieron sentarse en el banquillo de un equipo femenino de fútbol sala y ahí,
sentado en el banquillo, se dio cuenta de que eso era lo que realmente quería
hacer… “es la droga más dura que hay”.
Sus primeros recuerdos del fútbol son con
un balón en los pies, jugando en el patio del colegio con sus amigos. Era zurdo
cerrado y jugaba de extremo izquierdo, no era malo, pero como tantos otros no
tuvo oportunidad de que le vieran y con los años, pérdida de velocidad y
aumento de tripa, su etapa como jugador terminó. Lo primero que recuerda del
Real Madrid es la Quinta del Buitre, por como jugaban y porque ganaban… lo que
al final cuenta en esa época (con 15-16 años) y por supuesto, tampoco se olvida
del Milan de Sacchi. De la Quinta, la técnica de Martín Vázquez era su
referente con el consiguiente disgusto cuando marchó al Torino; y su ídolo no
podía ser otro que Maradona.
Hasta aquí podía ser otro madridista más
de los que rondamos por este mundo virtual… hasta que comencé a indagar un poco
más, en cómo realmente su afición se convirtió en una pasión. Ver una media de
ocho partidos cada fin de semana, grabarlos, verlos una y otra vez intentando
leerlos, analizarlos y unirlo todo a lo aprendido en la escuela de
entrenadores, le hacen diferente, tener una perspectiva distinta a la que se
tiene desde fuera. Yo también he vivido el fútbol desde un vestuario, viendo lo
peor y lo mejor desde dentro, pero desde unos ojos diferentes a los del entrenador;
esa persona para la que los partidos tienen un pre-, un durante y un post-
diferente al de un aficionado. Pre-, donde les enseñan en la escuela que el
trabajo hecho durante la semana, termina cuando los jugadores salen por el túnel
de vestuario, durante, donde se pueden tomar decisiones que influyan en el
desarrollo del partido, pero los que están en el terreno de juego son los que
deciden, y ahí -nuestro entrenador de tuiter- añade que lo "que se ve de Carlo es
una pose (en el durante hay que ser frio)" y un post- que en su caso define como
“si gano porque gano (siempre hay cosas
que mejorar) y si pierdo porque pierdo”. Y reconoce, que es
inaguantable cuando no se da el resultado esperado y se pierde, como nos pasa a tantos otros.
Hilando todo esto, teniendo en cuanta la
visión del míster -cómo le definiría, por querer ser una esponja cuando
le oigo hablando de fútbol- recalca que Mou, tenía todo absolutamente
controlado y obedecía a un plan perfectamente perpetrado desde que acababa el
partido, preparando ya el siguiente, no como ocurría con Pep que lo tuvo más
fácil… “Cruyff fue quien realmente
desactivó a la prensa en Barcelona, que el barça era un club marginal y él cambió desde
el fútbol base al presidente”.
MOU: “Supuso un salto competitivo, una de las cosas más difíciles de
conseguir por parte de un entrenador. Es un gran lector de partidos, sólo falto
la UCL”.
CARLO: “Quiere equipos tranquilos con el balón, que no sufran en defensa y
calidad arriba que resuelva”.
FLORENTINO: “Comete los mismos errores, consentir a un vestuario con demasiados
egos y permitir a los jugadores que antepongan sus intereses personales.
Debería haber apostado por Mou”
Ahora sí, llega el momento después de
haber sido una esponja y comprendido tantas cosas que se me escapan partido
tras partido, de preguntarle ¿por qué?.
Por qué ha decidido dejarlo todo, no
entrenar más este año, dejar de escribir … por qué esa drástica decisión, cuando todo eso es lo que más ayuda
a no pensar en lo malo, evadirte de las críticas, las opiniones y todo aquello negativo
que nos rodea.
Reconoce estar tranquilo, “la he tomado porque la influencia de los
pods es muy limitada como para cambiar el rumbo del Madrid. No me merece la
pena, no me divierte intentar convencer a alguien que no quiere ser convencido.
Respeto demasiado el fútbol para hacer entender a la gente que las polémicas
alrededor del fútbol son artificiales, creadas interesadamente para hacer daño
al Real Madrid. Hace falta estar en un
vestuario y no jugar a ser entrenador de play. Es decisión mía y nadie ha
tomado partido”.
Por cómo lo explica y su tranquilidad al
hacerlo, está completamente convencido de que es la decisión correcta o al
menos, lo que debe hacer. Siendo esto así, es inevitable preguntarle si este es
su particular viaje a Inglaterra, tal y como hizo Mou cuando todo lo que
rodeaba al equipo le hizo perder la ilusión por seguir entrenando aquí. Por fin
consigo una sonrisa y una respuesta donde se vislumbra un matiz de pena… “exacto, dentro de mis posibilidades, porque
yo no puedo elegir equipo, esperaré a la siguiente temporada. Cuando ni te lo
pasas bien ni te diviertes, cuando te das cuenta de que la atmósfera alrededor
del fútbol está podrida, optas por alejarte”.
Fueron 90 minutos más intensos que un
partido, con más debate de fútbol que en cualquier tertulia de radio o
televisión, una despedida que como todo en la vida no es un adiós….es un hasta
luego….
No hay comentarios:
Publicar un comentario